Las últimas declaraciones de ciertos sectores políticos que pretenden vincular de manera infame al expresidente Álvaro Uribe con las “chuzadas” a los negociadores de La Habana, no solamente no tiene asidero, sino que evidencia el afán del gobierno por impedir a toda costa el conocimiento cabal a la opinión pública acerca de los más de 3 billones de pesos entregados en auxilios parlamentarios, utilizando como cortina de humo unas investigaciones que llevaban más de quince meses, y cuyo conocimiento debía tener el Presidente, como comandante en jefe de las Fuerzas Militares.
Aquellos verdaderos enemigos de la paz –la paz con verdad, justicia y reparación para las víctimas- que abogan por un acuerdo en favor de las Farc, pero en contra de la ciudadanía, que realiza la impunidad en su máxima expresión, han pretendido enlodar el nombre del expresidente Uribe, lanzando acusaciones en su contra de manera sistemática, esta vez, a causa de las “chuzadas” a los negociadores de La Habana.
Lo más particular, pero ya ni siquiera sorprendente –debido al cinismo característico de los miembros de la organización terrorista- es que las Farc hablen de las “chuzadas” y las supuestas pretensiones detrás de estas, como disparos contra un propósito superior que es la paz en Colombia, cuando en sus actuaciones no ha habido en lo absoluto muestra alguna de buena voluntad: atentados a la población civil, asesinatos de policías y militares, reclutamiento forzado de niños, planes de atentado al expresidente Uribe, negativa a ir a la cárcel a pagar por sus crímenes, etc.
Y aunado a estas, con igual cinismo, los que dicen llamarse “defensores” de la democracia y de la paz, aquellos fieles críticos del proceso de Justicia y Paz que contemplaba unos mínimos penales-, pero hoy defensores vehementes de la impunidad total para los terroristas de las Farc, los mismos que exigen garantías para la oposición en el país, pero que guardan silencio cómplice ante la persecución y ausencia de garantías al movimiento Centro Democrático.
Queda claro que la estrategia Farc-Santos es desviar la atención de los acontecimientos verídicos y realmente importantes del país que deben concentrar nuestra atención. No es secreto que la verdadera fuente de inteligencia de Uribe -como bien lo ha dicho el expresidente- es la comunidad con quien sostiene un diálogo permanente. Yo los invito a que sigamos denunciando lo que el Gobierno y los medios de mermelada ocultan, redoblemos esfuerzos en esta labor política que convoca mayorías, y recuperemos el rumbo del país, el cual solo es posible si logramos una votación arrasadora, y nos ocupamos de lo realmente importante, sin distraer nuestra atención, tal y como lo pretenden desde La Habana.
@MarionVasquezMi