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Cómo hacer compatible la seguridad en Colombia con la paz en La Habana: Uribe

 

Bogotá, 15 de abril de 2015 (CD). Intervención de expresidente y senador, Álvaro Uribe Vélez, en la sesión plenaria de este miércoles:

 

El asesinato de ayer de tantos colombianos ha cobrado espectacularidad en las noticias por el número, pero también asesinaron dos soldados en el Caquetá, eso estaba en silencio. Asesinaron e hirieron los soldados en Ituango (Antioquia) el fin de semana y seguimos retrocediendo y encontramos cómo esto ha sido de nunca parar.

 

Al final voy a proponer cómo hacer compatible una política de seguridad en Colombia con una política de paz en los diálogos de La Habana.

 

Pero tengo que empezar diciendo que el Gobierno ha facilitado y ha legalizado el crimen. ¿Por qué lo ha facilitado? Porque desmontó la política de seguridad, porque ha nivelado a las Fuerzas Armadas con el terrorismo. Ha llegado hasta el punto, para no hacer todo el recorrido, por las piezas constitucionales y legislativas de esa nivelación de distinguir entre el crimen aceptable por el supuesto combate y el crimen censurable por el ataque.

 

Eso es un sofisma. ¿De dónde acá ese eufemismo para decir que hay asesinatos buenos y asesinatos malos? frente al asesinato de nuestros soldados.

 

Entonces cuando hay ataque, entonces el asesinato es malo, pero buscan decir que lo que había era un combate, como mintieron en relación con los hechos de Ituango, donde los soldados fueron avasallados por la guerrilla que estaba escondida en casas de civiles.

 

Y cuando el Gobierno no tiene argumentos para sostener la tesis de que fue un combate entonces dice que fue el Eln todo con el propósito de exculpar a las Farc.

 

Y cuando el Gobierno dice que esto hace parte de la guerra que hay que terminar sigue legitimando estos crímenes, porque en esta democracia hemos enfrentado es un ataque sistemático del narcoterrorismo que ahora lo han puesto en pie de igualdad con las fuerzas institucionales.

 

Da lo mismo, entonces, que el narcoterrorismo asesine soldados o que los soldados den de baja a terroristas; da lo mismo que el narcoterrorismo secuestre soldados o que los soldados capturen narcoterroristas.

 

Ahora, se habla hoy de la violencia contra los militares por el número espectacular del Cauca cuando muchos días se callan, pero no se habla de la sistemática violencia contra civiles.

 

Hoy más sofisticada, no hay sino mirar la generalización de la extorsión en muchos departamentos de Colombia, el explosivo selectivo dirigido cuidadosamente por el terrorismo a los civiles que no pagan la extorsión. No es sino mirar en zonas de narcotráfico como el Catatumbo, a lo que ha llegado las Farc a decir quiénes pueden hacer política y quiénes no.

 

Una política de seguridad en Colombia, señor Presidente, exige reanudar los bombardeos y, mucho más, devolverle confianza a la población civil, devolverle motivación a las Fuerzas Armadas.

 

Y para hacerla compatible con una política de paz en La Habana, esa política hay que reencauzarla, para que no haya confusión ni malabares  sobre la violencia en Colombia. El primer aporte que debería hacer las Farc, la primera exigencia del Gobierno es que las Farc se concentren en un sitio en Colombia, con verificación internacional. Así, los delitos que se cometan fuera de ese sitio ya no habría duda de que no son cometidos por las Farc”.