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Discurso del expresidente y senador, Álvaro Uribe Vélez, en la inscripción de Francisco Santos como candidato a la Alcaldía de Bogotá

– "Nuestros candidatos serán respetuosos de lo que otros partidos o personas piensen en materia de paz, pero no tendrán dobleces en el compromiso inclaudicable de dirigir la seguridad": Uribe

Bogotá, 23 de julio de 2015 (CD). El siguiente es el discurso del expresidente y senador, Álvaro Uribe Vélez, durante la inscripción del doctor Francisco Santos Calderón, como candidato a la Alcaldía de Bogotá por el Centro Democrático:

“Al hablarles a ustedes siento una emoción que me esconde el político, pero me late el corazón. Hemos inscrito al mejor, como lo merece este gran ciudad, este prodigio en la sabana más bella de Los Andes, pero que ha construido una gran comunidad, un gran desarrollo, no obstante el obstáculo de la distancia de 1.100 kilómetros al Caribe. Eso indica como la Patria colombiana que desde todas las regiones, desde las comunidades más cercanas o las más remotas ha acudido a ser bien recibida por la hospitalaria Bogotá, han contribuido unos y otros a ser una prodigiosa ciudad.

Hace muchos años conocí a Francisco Santos Calderón. Hoy a hacer una marcha contra el secuestro, no es difícil, ni riesgoso. En esa época implicaba un enorme riesgo. Hoy es fácil hablar contra los violentos, en esa época implicaba un enorme riesgo. Era yo Gobernador de Antioquia, el país se debatía en una violencia que parecía no tener fin, el Gobierno Nacional daba la apariencia de tolerar y tolerar, y la indicación que se percibía es que la violencia quería derrotar a la institucionalidad, pero en las calles de las ciudades colombianas la figura juvenil de Francisco Santos, no obstante el cadalso del secuestro le daba una esperanza y millones de compatriotas al estar él en la primera línea de las marchas que había convocado contra el secuestro y contra la violencia.

Después, en diciembre del año 2000 lo encontré en Madrid, había tenido que asilarse por la amenaza del terrorismo en contra de su vida. Y en aquel febrero de 2002 se vinculó generosamente a nuestra campaña como candidato a la Vicepresidencia de la República.

En esos ocho años hubo errores y faltantes, hubo aciertos, pero el país iba por un camino claro: ese equilibrio entre la seguridad, la inversión y la política social. Todo esto para decir que Colombia tuvo en Francisco Santos un gran Vicepresidente, y yo tuve por fortuna un gran compañero, gratitud que siempre va en mi corazón, estimado doctor Francisco Santos.

¿Qué representa hoy? Representa una actitud cívica, representa manos firmes, representa manos puras, representa lucidez y talento, representa Corazón Grande, una actitud cívica.

En mis varios lustros de conversación con él jamás lo he escuchado referirse a Bogotá por cálculos políticos o por pequeñas querellas, siempre en su adolescencia, en su juventud, hoy en su madurez, su primer noble interés ha sido su ciudad de Bogotá. Pero nunca su diálogo, su exposición sobre Bogotá se ha referido a temas de menor importancia, siempre en el diálogo privado o en sus intervenciones públicas, el objeto de su disertación ha sido los problemas y las soluciones para Bogotá.

Nunca Francisco Santos ha discriminado a los ciudadanos por pequeñas o grandes diferencias de la política. Cuando yo resalto esa actitud cívica es para decir a ustedes -mis apreciados compatriotas de Bogotá- que Francisco Santos en su candidatura a la Alcaldía y en un ejercicio de Alcaldía si ustedes le dan el triunfo, representa el interés noble de interpretar como candidato bien a todos los ciudadanos de Bogotá y de servir como alcalde bien a todos ellos, independientemente de que hubieran o no hubieran votado por él.

Bogotá en la candidatura de Francisco Santos, en su alcaldía va a borrar la palabra discriminación, va a imperar el civismo, el lazo que el Alcalde utilizará para unir a un ciudadano con otro, a una localidad con otra, a un grupo de bogotanos con otro, será el del civismo.

Francisco Santos es una persona de manos firmes. Yo pensaba en estos días en los explosivos de Bogotá y siempre me sorprendía cómo se trata de justificar el terrorismo, algunos salieron prestos y solícitos a afirmar: ‘no fue las Farc’, y otros a atenuar el peligro con la afirmación: ‘que no, eso es normal que el ELN conmemore 51 años de existencia’. Decía yo: ¡Qué grave! Y venía a mi memoria en el año 2012 cuando decían que aquí no había terrorismo. Y como revelado, plenamente acreditado ese 7 de agosto, cuando él y yo nos posesionamos, y ocurrió esa gran masacre contra los vecinos de la Casa de Nariño a la hora de nuestra posesión. Recordaba yo como quedó en evidencia que aquí actuaban las milicias Antonio Nariño de las Farc y los grupos paramilitares de ‘Miguel Arroyave’ y de ‘Martín Llanos’.

Y todo eso vino a mi memoria con esas explosiones recientes. Pero al mismo tiempo en el dolor y la angustia, pensaba que en buenahora tenemos la candidatura de Francisco Santos. Porque él es firme, no tiene asomos de temor para asumir la gran responsabilidad que requiere Bogotá, la responsabilidad de la seguridad, estimados compatriotas.

Hay que acompañarlo, hay que hacer pedagogía. La seguridad no es una expresión militarista ni de derecha, es un valor democrático. Sin ella no hay inversión para generar empleo.

Muchos hogares de Bogotá, profesores de Bogotá se quejan del asedio del microtráfico en escuelas y colegios. Y eso se rumora en la conversación privada, familiar. El problema crece muchísimo en la realidad pero se le esconde en el discurso. Qué bueno un candidato como Francisco Santos que es la garantía para los ciudadanos de Bogotá, para los papás y las mamás, de que siendo él el alcalde de la ciudad, espantará de nuestra capital a los distribuidores de droga que asedian a los colegios y se convierten en la gran amenaza a nuestros adolescentes y a nuestros jóvenes.

Él será a toda hora el coordinador de la Policía, el animador de las Fuerzas Armadas, como lo indica la Constitución. El apoyo de jueces y fiscales, el motivador para que la ciudadanía, en lugar de pagar extorsiones como hoy ocurre, porque en el país la ciudadanía perdió la confianza para denunciar, y entonces en lugar de acudir a la autoridad, la ciudadanía hoy acude a pagar la extorsión.

Francisco Santos en la Alcaldía de Bogotá recuperará la confianza ciudadana para que la ciudadanía integrada con la Fuerza Pública, cumpliendo el deber de un Estado Social de Derecho, esa ciudadanía denuncie, informe a tiempo. Esa ciudadanía apoye al Alcalde en aquello de apoyar a las Fuerzas Armadas, a nuestra Policía, a nuestra justicia, de garantizarle seguridad a Bogotá.

El Alcalde liderará a las Fuerzas Armadas, apoyará a la justicia y será el gran motivador de la ciudadanía para garantizar seguridad en nuestra capital.

Francisco Santos, actitud cívica. Francisco Santos, mano firme. Francisco Santos, manos puras como el oro.

Su carrera pública y su carrera privada han sido de pulcritud. Los recursos de Bogotá bajo su tutela como Alcalde, se manejarán con toda rectitud, pero además con toda austeridad.

Tenemos que hacer una reflexión: en muchas partes del país se compran alcaldías y gobernaciones del país con campañas de elevadísimo costo. En una ciudad colombiana hace poco me decían: ‘ni intenten ustedes tener ustedes aquí candidato a la Gobernación, esa campaña vale 25 mil millones’, ¿De dónde salen? De contratos.

Primero, con esos platales compran la Gobernación, y después con los contratos la venden. Y por supuesto en otras partes hay mucha verticalidad para denunciar la corrupción de los contrarios, y mucha sutileza para permitir la corrupción de los propios.

Él ha tenido el gran valor de denunciar la corrupción de quienes aparentan ser los transparentes.

Francisco Santos tiene unas manos firmes y pulcras, sin dobleces. En nadie mejor que en él puede quedar la dirección de los recursos de Bogotá, para administrarlos con toda la rectitud y con toda la transparencia.

La ciudad podría estar haciendo mucho más con sus recursos. El tema no es la expansión de las burocracias. El dilema no es entre el viejo eEstado burocrático, que algunos trataban de hacer simular como un estado socialista o también el viejo Estado desaparecido, que algunos han llamado como el modelo neoliberal.

El dilema es entre el Estado derrochón, burocrático que despilfarra, que mantiene clientelas con contratos, con prebendas, o el Estado austero que ahorre y oriente los recursos a lo social.

Esta es la opción de Francisco Santos. Sus manos pulcras orientarán de esa manera los recursos de Bogotá.

Si sigue la corrupción, o favoreciendo amigos a pesar de que eso se oculte denunciando adversarios, o comprando gobernaciones o alcaldías, o proponiendo en el Congreso reformas demagógicas, amenazando a los productores del agro colombiano, mientras corrompen la política con la mermelada, van a acabar con el prestigio de la elección popular de alcaldes y gobernadores.

Eso costó mucho incorporarlo al ordenamiento jurídico colombiano. No pudo la Constitución de 1863 llevar a la praxis colombiana la elección popular de alcaldes, tampoco los gobiernos liberales que se sucedieron a partir de 1930 y que tenían el mandato proveniente del Congreso ideológico de Ibagué, que presidió el general Benjamín Herrera y que en el primer punto de las reivindicaciones políticas propuso la elección popular de Alcaldes. Eso fue en 1921 – 1923, no recuerdo exactamente la fecha. Tuvo que llegar un proyecto de quien menos esperaba, del doctor Álvaro Gómez Hurtado para que fuera en los ochenta de la centuria pasada cuando se incorporara la elección popular de Alcaldes, y casi que no llega la de Gobernadores.

Las guerras civiles hicieron fracasar aquella de los Presidentes de los Estados Federales que tuvieron un antecedente en la Constitución de Ospina en 1857 y se consolidaron en la Constitución de Rionegro de 1863. Pues bien, tan difícil haber obtenido esos avances de la democracia. Y cuidado, no los tomemos por avances permanentes si está corrupción sigue. Este elevadísimo costo de campañas, esta manera de dilapidar los recursos públicos, las nuevas generaciones se van a fatigar con la elección popular de Alcaldes y Gobernadores.

Estudien un poquito Venezuela. ¿Qué pasó antes de la llegada del chavismo? La fatiga y el engaño condujeron al chavismo y el chavismo a la disolución de la Nación que en algún momento tendrá que reponerse.

Francisco Santos es la garantía para tener una ciudad con la más austera, más eficiente y más transparente administración de los recursos, que le dé esperanza a las nuevas generaciones de bogotanos y que desde aquí se inspire a la Nación entera.

Galán solía decir que la clase media bogotana es una fuente de racionalidad política que ilumina a la Nación entera. Francisco Santos con su tarea de gobierno va a reactivar esa fuente de iluminación política que tiene que darse para la Nación entera desde Bogotá.

Francisco Santos actitud cívica; Francisco Santos manos firmes; Francisco Santos manos pulcras; Francisco Santos una mente lúcida, rapidísimo en su inteligencia, consagrado a estudiar, imaginativo para concebir soluciones.

Tengo que decirles que las circunstancias de la vida lo vuelven a uno en mi caso un viejo regañón que mira con mucho escepticismo propuestas, proyectos y, en si licencio se critica muy duro. Me he sentido tan feliz al estudiar el programa de Francisco Santos.

Tengo que decirles que Francisco Santos en ese programa expresa toda la dimensión de su talento, de su rapidez mental, de su capacidad de estudio.

Esta gran ciudad, la de la clase media que inspira en racionalidad política como digiera Galán, va a tener la oportunidad de comparar las propuestas de los candidatos. Y le ruego en esa comparación recordar esas palabras, la más imaginativa, la mejor estructurada, la más profunda es la propuesta de Francisco Santos en todos los campos, en la movilidad, en la seguridad, en la educación, en la salud, en todas las inquietudes de nuestra gran ciudad.

Él será el acelerador para que la gran propuesta educativa del doctor Óscar Iván se lleve a la práctica en Bogotá. La ciudad muestra unos indicies muy superiores al promedio nacional, pero preocupantes.

Si bien el desempleo juvenil aquí es menor que en el resto de la Nación, todavía es muy alta para una urbe que en el gran Bogotá supera los 9 millones de habitantes. Pues bien, el programa educativo, la generalización de la jornada extendida, la combinación de la academia con la cultura del deporte, la lúdica, la alimentación escolar, en los términos propuestos por Óscar Iván, la combinación de las materias del bachillerato con la tecnología, la meta de que gradualmente pero con alguna celeridad todos los bachilleres de Bogotá puedan llegar a graduarse también como tecnólogos y no estancarse allí, sino complementar las materias para graduarse en educación superior, eso puede ser el gran camino de emprendimiento de los jóvenes, la integración del Distrito al Sena y a otros organismos para cofinanciar los fondos de emprendimiento y ayudar a las iniciativas empresariales de los jóvenes. Necesario, hay que inspirar al país con eso. No hay nadie con más emoción y más convicción, y más determinación para cumplir con esa meta que Francisco Santos nuestro candidato a la Alcaldía de Bogotá, para que veamos en la práctica de esta ciudad que puede haber políticas concretas que se vean en los resultados, para estimular el emprendimiento de los jóvenes. Y así, sucesivamente vemos su propuesta en todos los temas.

Francisco Santos cívico; Francisco Santos de manos firmes, de manos pulcras; Francisco Santos de mente lúcida, estudiosa, de inteligencia rápida; Francisco Santos de corazón grande.

Al saludar a tantos de ustedes, veía aquí una representación de la patria multicolor, de la patria multiétnica, de la patria pluralista. Veía aquí a mis compatriotas indígenas acompañándolo, a mis compatriotas afrodescendientes acompañándolo, a los jóvenes y a los ancianos.

Y todo esto me lleva a decir lo siguiente: ese corazón grande es el indicado para manejar la seguridad en favor de todos los bogotanos, para suplir el vacío del Gobierno Nacional en materia de seguridad, para que Francisco Santos lidere en Bogotá la seguridad que el Gobierno Nacional no ha querido liderar en Bogotá y en toda Colombia.

El tema de la paz

Y entonces eso nos lleva al tema de la paz. Aquí hay unas tesis, pero hay una vocación democrática pluralista; aquí hay unas tesis, pero hay una capacidad de sustentarlas en argumentos sin herir a compatriotas. Quiero decir esto estimados ciudadanos de Bogotá: nuestros candidatos serán respetuosos de lo que otros partidos o personas piensen en materia de paz. Aquellos que hemos apoyado en otras ciudades de Colombia les hemos dicho, cuando están originadas sus candidaturas en otros partidos, les hemos dicho: ‘mire nosotros tenemos unas ideas sobre la paz, tenemos discrepancias, pero lo que pedimos de ustedes es que nos respeten esas ideas y nosotros respetamos las de ustedes’.

No vamos a traer al plano distrital, ni a los departamentos ni a los municipios nuestras preocupaciones sobre la paz. Francisco Santos será un respetuoso de ese debate, los bogotanos no tendrán en él militancia a favor de nuestras tesis o en contra de otros ciudadanos, todos los ciudadanos de Bogotá recibirán de Francisco Santos el tratamiento más respetuoso en esa como en otras materias.

Por supuesto queridos ciudadanos, por ahí las voces políticas del Gobierno Nacional dicen que cómo van a votar por el Centro Democrático que es la guerra. Cuánto ganó en paz esta ciudad en nuestro Gobierno, cuántas garantías efectivas disfrutaron los de la oposición. ¡Por favor hay que hacer esa reflexión!

Si aquellas bellas tesis hubieran continuado en 2010 el país podría estar en paz. No obstante el refugio en capitales extranjeras como La Habana o Caracas de los cabecillas del terrorismo y la economía podría estar creciendo al 5 ó al 6 por ciento establemente y generando mejores empleos.

No vamos a aceptar en esta campaña, y por eso hay que hablarle a tiempo a los colombianos, que vuelva aquel debate con que nos maltrataron en la elección anterior, que ellos eran la paz y nosotros la guerra.

El país ha visto qué ha pasado después de esas elecciones. El país ha visto que tuvieron que aceptar los medios de comunicación que era insostenible el titular de la paz cuando el terrorismo daba muestras de querer incendiar de nuevo el país.

Nosotros tenemos que estar alertas, porque ahora hay una tregua electoral y con antecedentes de trampa. Aquella tregua del 20 de diciembre sirvió para engañar a la opinión urbana, sirvió para reducir los delitos más visibles como los explosivos en las carreteras, los retenes en las carreteras, las masacres, la destrucción de infraestructura, el asesinato masivo de soldados y policías.

En efecto lo redujeron con eso trataron de encantar a la Nación entera, pero aumentaron los delitos menos visibles. En Bogotá, en Medellín o en Barranquilla es difícil darse cuenta que están inundando de coca al Putumayo o que cada ciudadano de Arauca tiene que pasar a una ciudad de Venezuela a pagarle extorsión al ELN o a las Farc, o que el terrorismo está regresando a Los Montes de María o que en un lugar remoto en la Troncal Occidental se instala de nuevo el terrorismo a quemar buses, a hacer secuestros y a instalar retenes ilegales en las carreteras.

¡Cuidado! En esas treguas el terrorismo se ha rearmado. Por eso nosotros hemos insistido que una tregua de verdad necesita que el terrorismo se concentre en un sitio, permita la vigilancia que además le daría la gran ventaja de que la opinión le observe buena fe y que también esas personas que allí se concentren no vayan a tener ningún ataque por parte de las Fuerzas Armadas.

Defendemos esas tesis. No aceptamos una campaña ahora, es suficiente con lo que nos ocurre, ustedes en Bogotá nos van a tener que ayudar a compensar por los ciudadanos que por nosotros no pueden votar en muchos sitios de Colombia. Estoy con el teléfono lleno de llamadas de compatriotas que desde el Catatumbo o desde Nariño o desde el Cauca, de algunos pueblos de Antioquia, desde Arauca, desde la cordillera del Casanare me llaman o me escriben a decirme: ‘estamos con ustedes pero en silencio, no podemos tener aval del Centro Democrático porque las Farc, el ELN, las Bandas Criminales nos asesinan’.

Con eso es suficiente, por eso no vamos a aceptar ahora una nueva campaña para macartizarnos de guerreristas por nuestra razón de ser: firmes en la seguridad.

Pero ese debate lo manejaremos José Obdulio, Paloma, Carlos Holmes, nuestro director Óscar Iván y yo. Los bogotanos pueden tener la certeza de que los votantes de Francisco Santos todos serán respetados, estén de acuerdo con nosotros o en desacuerdo en nuestra manera de ver el proceso en La Habana.

Lo que sí no puede tener dobleces ni esguinces es el compromiso, para lo cual es ejemplar Francisco Santos, un compromiso inclaudicable de dirigir la seguridad de los bogotanos. Y también dicen que si eligen a alguien del Centro Democrático no va a haber recurso del Gobierno Nacional. Esta mañana me lo recordaban en Cartagena. Y yo les decía a los de Cartagena: ‘ustedes van a tener que recordar de quien son descendientes, si del valor civil y la dignidad de Blas de Lezo, si son descendientes de aquellos soldados que acompañaron a Bolívar para que se reanudara la independencia y tuviera el camino del éxito después de lña primera derrota en Venezuela o si ustedes son serviles de la mermelada’.

Y el pueblo de Cartagena que nos acompañaba esta mañana decía: ‘no seremos inferiores a la dignidad de nuestra vida’. Yo no conozco a un ciudadano de Colombia, no conozco a un ciudadano de Bogotá que haya aceptado que un Gobierno a través de sus voceros políticos lo humille por dinero.

Ahora que se ha tratado de recordar la historia, sería muy bueno repasar esa nómina de lujo de los héroes de la República que han nacido, vivido, trabajado en esta gran capital.

Pero la respuesta nuestra no es una respuesta de pelea, no es una respuesta de altisonancia, nuestro Alcalde Francisco Santos no será un Alcalde de choque contra el Gobierno Nacional, tampoco servil, será respetuoso, constructivo e independiente, su tarea será la reivindicación de los grandes anhelos de la ciudadanía de Bogotá, la solución de sus problemas. ¡Qué quede muy claro!

Y permítanme invocar un antecedente: cuando estábamos en el Gobierno, esta ciudad fue gobernada por el Polo Democrático, tratamos a esos alcaldes con todo el respeto, les entregamos toda la colaboración como la recibió el doctor Antonio Navarro, que era gobernador de Nariño, o el doctor Angelino Garzón que era gobernador del Valle del Cauca.

La democracia necesita que el Gobierno central respete a la autoridad local, independientemente del origen político de esa autoridad local. Espero que esto haga claridad a lo largo de esta campaña.

Ustedes saben que nuestra organización política es naciente, que hay un gran esfuerzo nacional, esfuerzo valeroso de Óscar Iván Zuluaga que no se refugió en el dolor de lo que pasó en la elección presidencial del año pasado, sino que emprendió el gran camino de la organización del Centro Democrático en la Patria entera.

Hay una bancada de parlamentarios que representan un partido, primera vez en la historia de las últimas décadas que hay un partido de oposición dentro de la democracia, dentro del establecimiento democrático, que no comparte los gajes del poder.

Cuando los liberales le hacían oposición a los conservadores o viceversa, ninguno corría riesgos porque todos compartían los nombramientos, todos compartían las posibilidades del poder.

Ustedes van a tener que trabajar muy duro estimados compatriotas, porque este partido llega a estas elecciones sobre los hombros de Francisco Santos y sus virtudes, la credibilidad de unos jóvenes parlamentarios, con excepción de tres o cuatro mayores que hemos allí. Jóvenes parlamentarios que han venido haciendo un gran esfuerzo: los más cumplidos, los más estudioso, los más dinámicos en ese Congreso.

El Concejo de Bogotá, nuestros concejales, tienen un reto: ser todavía mejores en cumplimiento, en estudio, en dinámica que los jóvenes de la bancada parlamentaria del Centro Democrático. ¡Qué Bogotá tenga esa garantía!

Nosotros llegamos pues con unas dificultades en materia de organización, pero esas dificultades se van a suplir porque cada uno de ustedes será el multiplicador de nuestras tesis; en el corazón de cada uno de ustedes habrá un comando político de apoyo a Francisco Santos y a nuestra lista al Concejo.

Ayúdennos, la voz de Bogotá en las urnas puede llevarnos a tener al más estudioso, al más dinámico de los alcaldes.

Ayúdennos, la voz de mis compañeros del Centro Democrático es útil para la Patria, esa voz podrá tener más audiencia en el pueblo colombiano si nos va bien en octubre.

Ayúdennos, le hace bien a Colombia que el Centro Democrático se consolide como una gran alternativa.

En las elecciones de octubre se juegan muchos aspectos del futuro inmediato y del futuro mediato de la Patria. En las manos de Francisco Santos ponemos esta bandera y la ponemos con confianza, la ponemos con gratitud, de que esta bandera será clavada y agitada de manera victoriosa en esta gran cumbre de Los Andes.

A todos muchas gracias”.

(FIN)