¿Al fin qué? ¿Irán soltando de a poquitos sus “verdades” en medio de las elecciones?
Más se demoró la Comisión de la Verdad en redactar un exiguo comunicado diciendo que entregaría su informe final después de elecciones que uno de sus comisionados, Alejandro Valencia, en pronunciar esta frase, a manera de verdad incontrovertible: “Los ‘falsos positivos’ fueron una política del Gobierno”, dijo el señor Valencia.
¿Al fin qué, respetado padre Francisco de Roux? ¿Irán soltando de a poquitos sus “verdades” a manera de hallazgos preliminares antes de que se surta la elección presidencial o cumplirán su palabra y entregarán su reporte después de que se elija al nuevo presidente? Porque lo cierto es que cada palabra en actos de tanta emocionalidad como los que se hicieron en el reconocimiento de algunos militares por los ‘falsos positivos’ incide en un momento crucial como el que estamos viviendo en la democracia colombiana y se convierte en descaradas interferencias alineadas con las agendas de uno que otro candidato y de sectores políticos que tienen afinidad con ese tipo de discursos.
Es una lástima, como dijo María Isabel Rueda, que estos actos no fueran simétricos y tuviéramos en las próximas semanas reconocimientos de este tipo, pero por parte de los miembros de las Farc que cometieron horrores que siguen sin recibir una sanción siquiera nominal.
Mientras tanto, al comunicado de la Comisión de la Verdad le hicieron falta varias respuestas en relación con lo expresado por el mayor Carlos Ospina, que dejó hace unas semanas su cargo porque, según él, “no había espacio para un militar retirado” ni para discutir sus aportes dentro de la Comisión. ¿Será verdad, por ejemplo, que el sector productivo en este país será considerado como un victimario más y no como la víctima que, en su inmensa mayoría fue, del degradado conflicto colombiano? ¿Habrá en el informe final –como anticipa de alguna manera el mayor Ospina– expresiones recurrentes que apuntan a alianzas de los violentos con el poder económico, con el propósito de crear una peligrosa generalización estigmatizadora frente a los empresarios?
«La confianza en la Comisión está maltrecha. Nació así por la falta de pluralidad y de miradas complementarias desde su conformación.»
¿Es cierto, como lo dijo el mayor, que a los comisionados solo les importaba la supuesta interferencia de Estados Unidos en el devenir de la guerra, sin mencionar la nociva participación que tuvieron dictaduras como la rusa, la venezolana o la cubana, que metieron mano a la vista de todos en nuestro conflicto?
Mucho preocuparía que en la visión general de la Comisión se diluyan las responsabilidades de actores fundamentales con el pretexto de que la “responsabilidad de la violencia es de todos”, que no es más que una manera de excusar los delitos concretos que cometieron los grupos criminales como las Farc, el Eln y los paramilitares.
Me pregunto si se meterán, en su capítulo de recomendaciones, con la doctrina militar no solo para criticarla, sino para proponer su cambio. ¿No les hizo falta, ni siquiera para eso, la presencia de un militar en retiro que aportara su mirada en esa materia o, por el contrario, les incomodaba? A propósito, ¿recomendarán la salida de la Policía del Ministerio de Defensa?
Finalmente, veremos qué dicen en relación con el narcotráfico. Es obvio que a varios de los comisionados les parezca que el fenómeno paramilitar no se explica sin el narcotráfico pero ojalá los mismos comisionados también hayan reparado en la desnaturalización de las Farc como cartel de la droga, pues terminaron controlando dos tercios del negocio de la cocaína en Colombia.
La confianza en la Comisión está maltrecha. Nació así por la falta de pluralidad y de miradas complementarias desde su conformación. Lo que ha pasado en las últimas semanas, lejos de dar tranquilidad, inquieta. ¿Cuál será la verdad de la Comisión?
JOSÉ MANUEL ACEVEDO