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Más allá de lo evidente

Hace treinta años, en la televisión de Estados Unidos hicieron su debut los Thundercats o Felinos cósmicos, una serie animada para niños, que combinaba misterio, aventura y acción, al ser felinos humanoides, migrantes de un planeta ad portas de la destrucción en busca de un nuevo destino. El protagonista y líder de los heroicos personajes, conocido como León-O, solía emplear como arma, su valiosa Espada del Augurio, la cual fuera de servirle como defensa, también le permitía, al ubicar su empuñadura cerca de los ojos, ver ‘más allá de lo evidente’ y anticipar los riesgos sobrevinientes.

 

Al recordar esa serie, valdría la pena considerar la urgencia de conseguirle a los miembros del equipo económico del Gobierno una Espada del Augurio que les permita ver más allá de lo circunstancialmente evidente.

 

El Gobierno hace fiesta con el crecimiento económico del 4,6 por ciento en el 2014. Adicionalmente, considera que una veloz devaluación del 30 por ciento es una bendición nacional y se atreve a decir que los nuevos vientos cambiarios serán el aliciente esperado por la industria y el agro, para surgir como vigorosos motores que compensen la caída de la renta petrolera.

 

Lo cierto es que, al ver a profundidad las circunstancias, muchas cosas no son para tomarlas de manera folclórica. Si bien el crecimiento del 4,6 el año pasado estuvo por encima de muchos países de la región, es notorio que la desaceleración entre el primero y el último trimestre es significativa, al pasar del 6,4 al 3,5 por ciento. Como si fuera poco, la industria se contrajo durante el segundo, tercer y cuarto trimestre, y 23 de 39 sectores industriales han tenido variaciones negativas entre enero del 2014 y enero del 2015. Para complementar el panorama, se aprecia que la inversión extranjera directa ha disminuido en varios sectores que se habían consolidado como atractivos para este tipo de capital.

 

En el frente externo, el déficit de cuenta corriente se acerca al 5 por ciento del PIB, las exportaciones disminuyeron en más del 6,8 por ciento en el 2014, pareciéndose y superando lo acontecido en años pos-crisis, como el 2009, 2002 o 1998. Para quienes celebran la rápida devaluación, también es preciso alertar sobre sus efectos inflacionarios, pues el país presenta una pronunciada balanza comercial negativa en materia de cereales, abonos, alimentos animales, algodón, legumbres, hortalizas y tubérculos e incluso productos lácteos, la cual ejercerá presión sobre los precios.

 

Quienes creen que las adversidades de la industria y el agro son un asunto que se resuelve con tipo de cambio, no ven que la carga tributaria, los costos de energía, el contrabando, entre otros, son factores que han destruido su capacidad de salir adelante y que no se curan con un peso barato.

 

No ver más allá de lo evidente, hace que el Gobierno pierda conexión con la realidad y minimice, con soberbia, todos los problemas. Tal vez la causa de este fenómeno es que el gabinete tiene más precandidatos que ministros y la competencia sea por quién venda más ilusiones.

 

Senador

 

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