Sitio oficial
 

“No torturen más a los colombianos con anuncios de paz que incrementan la violencia. Hagan la paz ya”: afirma Álvaro Uribe

Bogotá, 22 de julio de 2014 (CD). La siguiente es la constancia que dejó este martes el expresidente y Senador, Álvaro Uribe Vélez, a nombre del Centro Democrático, en la Plenaria del Senado de la República:

 

“Una constancia de reflexión. El Centro Democrático piensa que dada la evolución de las circunstancias del país, el Gobierno y las Farc deberían acelerar, firmar a la mayor brevedad su acuerdo de paz y someterlo a consideración de la opinión pública, porque lo que el país está viviendo es una tortura. De un lado un discurso que ilusiona a las mayorías colombianas, de parte del Gobierno, y de otro lado un incremento de las acciones violentas, de parte de las organizaciones terroristas. Cuando se anunció este proceso, yo me permití proponer cuatro objeciones, no voy a mencionar hoy sino una. Que consideraba un error avanzar en un proceso de diálogo, sin un cese de actividades criminales por parte de la organización terrorista. Se ha dicho que esa era una condición imposible.

 

Durante nuestro gobierno se desmovilizaron 18 mil guerrilleros y 35 mil paramilitares, hubo una reincidencia del 7 por ciento. La condición que siempre se impuso para avanzar en ese diálogo, era el cese de actividades criminales. ¿Qué ocurre hoy? El país registra un incremento de la violencia; pienso que las cifras que se dieron el 20 de julio desde esta misma curul, son cifras que hacen parte de los informes oficiales y del actual gobierno, pero además recientemente en los informes sobre cultivos de narcotráfico, aparece que en algunas zonas del país vienen creciendo los cultivos, nuevamente, y en muchas de esas zonas, avanza el control de grupos como las Farc, el ELN o las bandas criminales.

 

Ayer, en una visita que realizábamos algunos al Casanare, para examinar con sus autoridades y con su comunidad el tema del agua, el tema de la agricultura, la gran queja de la ciudadanía en voz baja fue el incremento de la extorsión y de la violencia en el departamento. Un departamento que a través de la seguridad había ganado bastante en paz.

 

Los medios de comunicación ya manifiestan que se puede poner en grave riesgo la industria petrolera del país, por las acciones crecientes del terrorismo. Hay una grave afectación a la tranquilidad de los ciudadanos y a la vida económica del país. Por ejemplo en el Catatumbo, que se había pasado de 15 mil hectáreas de coca a 300, y de 300 de palma africana a 15 mil, hoy vuelve la coca a tomar fuerza y cunde el pánico en los agricultores de los cultivos lícitos. Y eso ocurre en otras zonas del país.

 

Ante esta circunstancia, ante el hecho de que los colombianos todos tienen una ilusión de paz, de que no fue posible a la luz del actual gobierno exigir un cese de actividades criminales al terrorismo como condición para avanzar en el diálogo, ante el hecho incontrastable del crecimiento de la inseguridad, por ejemplo los ciudadanos del sur del Meta, del Guaviare, no solamente comunican los hechos terroristas que cotidianamente se presentan allí, sino que expresan con enorme temor que los grupos criminales han vuelto a ejercer control.

 

En ciudades como mi ciudad de Medellín, aparece un decrecimiento del homicidio, pero simultáneamente un control territorial urbano de bandas criminales. Por supuesto, dos debates se han propuesto a lo largo de estos cuatro años: que las bandas criminales son el resultado de los desaciertos en la política de desmovilización. No creo, fueron 53 mil desmovilizados, una reincidencia del 7 por ciento, debate bien importante de darse. Decía el comandante de la Policía al terminar la administración que concluyó el 7 de agosto de 2010, que las bandas criminales tenían entre 2.800 y 3.400 personas. Hoy más de 7 mil. Y empieza a presentarse ya un reconocimiento en las cifras del Gobierno de que disminuye la tasa de deserción de los integrantes de las Farc y aumenta nuevamente el reclutamiento, esa palabra reclutamiento que se usa para ponerle algún cariz político a ese delito de lesa humanidad que es el secuestro de menores.

 

El Centro Democrático ha pensado que hay que encontrarle alguna salida. Por supuesto, nosotros perdimos las elecciones, pero por un margen que exigiría por lo menos una actitud de receptividad y de examen de las tesis. Entonces, lo que estamos diciendo es, si no tiene cabida en la concepción del Gobierno exigir un cese de actividades criminales por parte del grupo terrorista que dialoga con el Gobierno, como condición para mantener ese diálogo; si las circunstancias de recrudecimiento del terrorismo, de fortalecimiento de los actores terroristas hacen hoy más difícil de lo que hubiera sido en 2010 y en 2012 imponer esa condición; que se piense en que hay que tener un deber de humanidad con el país. No mantener a la ciudadanía en esta tortura. Se habla de paz, pero inmediatamente cuando a la ciudadanía la ilusionan a través de los medios de comunicación con el discurso de paz, inmediatamente la martirizan con las acciones de violencia. Yo creo, que si hay toda esa voluntad de paz, lo mejor sería acelerar esas negociaciones, finiquitar esas negociaciones cuanto antes y comunicarle al país que en lo que tiene que ver con los firmantes de esos pactos, se ha llegado a la paz y que esos acuerdos los examine la opinión pública.

 

Es simplemente, señor Presidente y honorables Senadores, una constancia de reflexión que dejo en nombre del Centro Democrático”.