Sitio oficial
 

Ojo con la humillación

No puede permitir Colombia que la dictadura vecina imponga las reglas en esta situación.

 

Parece que el gobierno de Colombia no ha entendido, o ha entendido a medias, que además de la tragedia humanitaria en Cúcuta, -y la que puede ocurrir en La Guajira- en el país hay un creciente sentimiento de humillación alimentada por las dantescas imágenes de colombianos huyendo por la frontera y por el incendiario y provocador lenguaje del dictador venezolano y su gobierno. No puede permitir el gobierno que dicho lenguaje y acciones en contra de Colombia siga en aumento, no sólo por la dignidad del país sino por el mantenimiento del orden público que es bastante frágil en un momento en donde los ánimos están a flor de piel.

 

Fue lamentable el episodio de las dos cancilleres reunidas en Cartagena. Por un lado, el siempre conciliador tono de la ministra Holguín, contrastado por el irrespeto de la canciller de la dictadura quien insultó a los medios de comunicación nacionales y de paso al gobierno Santos, al afirmar que no había crisis en la frontera y que todo era una ficción del periodismo colombiano. Valga la pena recordar que lo anterior sucedió cara a cara con la canciller colombiana y frente a la opinión pública que expectante observaba el desplante.

 

En el mismo tono, y pocas horas después, el dictador vecino anunciaba a través de sus canales que había un plan para asesinarlo con la anuencia del presidente Santos. Otro despropósito que no sólo insulta a Juan Manuel Santos el ciudadano sino a lo que él representa, la institución de la Presidencia de Colombia. Un hecho repudiable, que debe detenerse, pues no pueden seguir siendo los presidentes de Colombia los blancos de la demencia en momentos de crisis del régimen vecino.

 

Algunos podrán pensar: “No hay que prestarle atención a las palabras de un loquito desesperado por la insostenible situación interna de su país y ansioso por evitar los comicios electorales de diciembre”. Error seguir minimizando las agresiones de la dictadura; error seguir creyendo que dichas palabras pasan inadvertidas a los oídos del mundo, y son descartadas por la ciudadanía venezolana que no tiene nada más que ver y oír que los medios de comunicación del régimen. Ojo que el sentimiento anticolombiano sembrado por años en Venezuela empieza a calar en algunos sectores, cuyo comportamiento y propósitos se convierten en un riesgo para nuestro país.

 

Adicionalmente vale la pena recordar las desobligantes declaraciones del dictador que pretende imponer una reunión bilateral entre él y Santos, desconociendo los organismos multilaterales que son conducto regular para discutir y solucionar este tipo de crisis, y que valga la pena recordar se hacen públicamente. ¿Cuál es el interés de una reunión a solas con Santos por parte del dictador venezolano? ¿Por qué mientras la promueve sigue aumentando su capacidad negociadora cerrando la frontera con La Guajira y movilizando centenares de hombres en armas a este sector? ¿Qué es lo que le pedirá el sucesor de Chávez al presidente de Colombia en medio de esta situación?

 

No puede permitir el gobierno de Colombia que la dictadura vecina imponga las reglas en esta situación. Aunque tardía, la Cancillería debe continuar la ofensiva internacional para visibilizar los abusos de la dictadura venezolana contra colombianos inocentes, eso sí manteniendo la firmeza y no dando tumbos como el de decir que “no se está buscando sanciones contra Venezuela” ¿Por qué se descarta esta alternativa?

 

No podemos permitir que los países afines al régimen venezolano sean los veedores de una solución cosmética ente Colombia y Venezuela. El presidente de la República debe solicitar garantes independientes del socialismo del siglo XXI como Chile, Perú o México que ayuden a encontrar una solución de fondo que repare la terrible situación que viven miles de familias colombianas expulsadas de Venezuela. Y finalmente, recordar la idea inicial; en medio de esta tormenta, el gobierno de Colombia debe atender el sentimiento de humillación al que ha sido sometido el país a través de un discurso firme y de unas acciones contundentes que demuestren que una dictadura desesperada no puede imponer reglas por medio de la violación de los derechos de nuestros compatriotas y el insulto a nuestra democracia e instituciones.

 

Post Scriptum: Vuelve la idea del Congresito. ¿Se indignarán nuevamente los partidos de la Unidad Nacional ante esta idea o ahora sí les parece viable después de la reunión que tuvieron en Palacio de Nariño?

 

@FedericoHoyos